martes, 21 de junio de 2016

sábado, 30 de enero de 2016

ARTE Y ESPIRITUALIDAD



Encuentro con la cananea. Rupnik.


Mosaico de Marko Ivan Rupnik, La cappella Redemptoris Mater –Roma-.(Basado en texto con diapositivas)
Jesús y la Cananea. Jesús se sitúa más allá de la ley, ya que Él es su cumplimiento. Él, como el nuevo Templo,  va al encuentro de  la canana (sale del arco). Ella, extranjera, mujer, pagana se presenta humilde, asemejándose  al “perrito  que come las migajas que exceden de la mesa de la abundancia (Mt. 15, 27)”[1] . Si estaba excluida de las promesas  mesiánicas de la antigua ley, ahora es acogida en el nuevo Templo y heredera de  la salvación. En la mesa encontramos  panes y  peces, como signo de la abundancia que Jesús ha traído a la humanidad. A modo expresionista, las manos grandes de Jesús aluden a su gran apertura universal.




[1] REDEMPTORIS MATER, Roma: Lipa, p. 29. s.f.

viernes, 29 de enero de 2016

APUNTES SOBRE ACUARELA Y ACURELISTAS

 Poeta Li Po pintado  por Liang K’ai.

CONTRASTE CLARO OSCURO

Tomado de ITTEN, J., The art of color, John Wiley & Sons, inc. p. 50.

Mucho del arte Europeo y Asiático está  construido sobre el contraste puro de luz y sombra. Un ejemplo sobresaliente  de esto son los dibujos hechos en tinta,   chinos y  japoneses. La técnica de este arte procede en estos países del arte de escribir: la riqueza de formas de los caracteres  ideográficos es trazada con pincel. La ejecución acertada semántica y rítmicamente  de los caracteres exige todo un  repertorio de movimientos manuales. Para una "correcta" pincelada es necesario una atención sosegada, sentido del ritmo y sensación de la forma. En China y en Japón, la caligrafía es una obra de arte.  “Cuando un arquero ha visto bien su objetivo, pone a punto su cuerpo, agarra su arco firmemente y dirige con precisión la flecha que con seguridad llegará al blanco.  Así con la caligrafía: con la mente concentrada, el cuerpo en posición vertical y balanceado, el pincel vertical, el punto o movimiento caerá exactamente en el lugar designado” (Chiang Yee, “Caligrafía china”, Universidad de Harvard).
El ritmo armónico de esos símbolos, su estructura, su contraste rico en formas abstractas e integradas orgánicamente, es exquisitamente bello. El efecto es posible por su perfecto equilibrio entre la pincelada negra y los intervalos blancos.
Este proceso de escritura procede de un automatismo interno. Después de una práctica sin fin, los trazos terminan por fluir sin esfuerzo desde el pincel.  La meditación particularmente se practica en Ch’an o Zen, Buddhism y proporciona el fundamento para la formación de la  mente y el cuerpo. Por consiguiente, muchos monjes de estas sectas podrían encontrarse entre los grandes artistas del blanco y el negro. Pero ellos no entran en meditación para llegar a ser grandes pintores. Trabajan con el pincel como una ayuda para la internalización meditativa.
Uno de los grandes genios de este medio, fue   Liang K’ai, quien vivió en la primera mitad del siglo decimotercero. Cada una de sus pinturas es diferente de otras. Esta presentación del poeta en unas líneas negras, grises y zonas  es única en pintura. Manchas de tamaño altamente diferenciado y algunos trazos vigorosos evocan una figura distinguida, caminando hacia adelante con la mirada distante. Cada elemento está delicadamente en sintonía con el efecto total. Liang K’ai fue un monje de la secta Ch’an.